La trayectoria profesional del empresario vizcaíno Rafael de la Peña puede ser definida con la siguiente frase: compromiso con el mundo de la fundición. Durante los últimos 40 años de actividad empresarial en la fundición de acero GUIVISA, su deber para con el sector ha sido máximo, no sólo en su fundición sino a nivel general al estar al frente de la presidencia de FUNDIGEX dos décadas y casi 30 años en la primera línea de FEAF. Y tras estos 40 años, que podíamos calificar como altamente exitosos, ha decidido cerrar una etapa e ir cediendo el testigo de sus responsabilidades sectoriales a la generación siguiente.
Allá por el año 1997 asumió la presidencia de FUNDIGEX, una asociación cuyo fin último es acompañar a las fundiciones en el difícil camino de la internacionalización. Durante estos casi 20 años que haría en diciembre de este 2017, ha acompañado, guiado y ayudado a la asociación, en los momentos buenos y en los momentos malos, ha dado la cara frente a las instituciones y ha servido de bastón de apoyo para los Directores que durante estos 20 años han estado al frente de la asociación. Desde luego, desde FUNDIGEX, sólo tenemos palabras de agradecimiento para Rafael de la Peña.
Ha sido testigo de primera mano de cómo pasamos de tener la peseta al euro actual, de aquellos comienzos inciertos de las primeras exportaciones en los que aún éramos un país en desarrollo, de las inversiones en conocimiento de calidad, medioambiente y que tanto nos aportaron y que nos hicieron recorrer años de vacas gordas y de la crisis de 2008, que menguó el tejido industrial hasta niveles insospechados. Pero como él nos ha dicho muchas veces en las Juntas anuales, estas crisis son parte de la vida, y siempre tenemos que estar preparándonos para las épocas buenas en las que no lo son tanto, y para las malas en las que parece que nada puede salir bien. Como él bien dice, la vida se compone de ciclos y así hay que afrontarla.
Ahora la fundición se enfrenta a otros retos, entre los que los de seguridad y medioambiente se presentan como los más importantes, si las reglas que se vayan a aplicar no van a ser las mismas para todas las empresas. Por ello, hay que trabajar duro, hay que formar asociaciones empresariales fuertes que nos permitan luchar de manera conjunta y buscar soluciones a estos problemas, problemas que no afectan a una empresa en concreto sino al sector en general y como dice Rafael, la unión hace la fuerza y se conseguirá mucho más si se acude a negociar en nombre del sector que en nombre de una empresa individual.
Pero a pesar de todo y de que va a ser complicado que recuperemos los niveles precrisis, Rafael de la Peña deja la primera línea con los deberes bien hechos a nivel personal en su empresa y a nivel general en el sector: las fundiciones que han logrado sobrevivir son fundiciones altamente profesionales, empresas que nada tienen que envidiar a sus homónimos alemanes y franceses y que están más que preparadas para competir a nivel internacional. De hecho, nuestra fundición se encuentra entre las más competitivas del mundo. Además, durante estos años, se ha conseguido que las instituciones empiecen a ver a la fundición no como un producto poco atractivo, sino como un producto necesario y vital en todas las ramas de la industria, y él desde sus puestos de responsabilidad ha colaborado en ello.
Desde FUNDIGEX queremos agradecer a Rafael su compromiso desinteresado con nuestra Asociación. Han sido casi 20 años en los que su apoyo ha sido altamente necesario y en los que su conocimiento ha propiciado que FUNDIGEX crezca a nivel humano y profesional. Sabemos que seguiremos contando con su ayuda, aunque no desde el frente y que este hasta luego no es un adiós definitivo. ¡Gracias Rafael, por todos estos años!!!
