A medida que la impresión 3D continúa dejando su marca en varios sectores, desde el uso industrial al personal – Jon Cobb, vicepresidente ejecutivo de asuntos corporativos de Stratasys (empresa pionera en tecnología de impresión 3D), ofrece información valiosa acerca de dónde está generando un mayor impacto la tecnología, no solo en las empresas, sino en la fabricación en su conjunto.

A menos que haya vivido en la Luna en los últimos años, es bastante probable que no le haya pasado desapercibido el aumento progresivo del uso de la impresión 3D. Desde sus inicios hace más de 25 años, la tecnología se ha ido afianzando de forma gradual hasta ser muy utilizada en la actualidad en numerosas aplicaciones de distintos sectores industriales.

Merece la pena resaltar que en los tres/cuatro últimos años la impresión 3D se ha desarrollado claramente en determinadas áreas. En primer lugar, el advenimiento del mercado de consumidor y “personal”, con precios entorno a unos cuantos miles de dólares o por debajo, que ha permitido una mayor libertad de fabricación e innovación de muchos productos.

A nivel industrial hay una creciente presencia de esta tecnología en la fabricación directa, en concreto en alternativa a la fabricación convencional, donde la impresión 3D permite crear piezas o elementos de uso final. Esto es lo que se percibe como el “nirvana” de la impresión 3D y realmente se inició hace tres años trabajando con fabricantes de sectores tales como el aeroespacial y el de automoción. G. E. ha hablado públicamente hace poco del éxito de la impresión 3D dentro de sus operaciones y su previsión de que esta tecnología “afectará” al 50% de su fabricación en 2016.

No obstante, el área fundamental en que la impresión 3D va a tener (y seguirá haciéndolo) un impacto mucho mayor en el futuro, queda irónicamente ensombrecida, porque la prensa se centra sobre todo en las aplicaciones más sorprendentes y llamativas.

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El potencial de cambiar la economía

La impresión 3D está revolucionando de verdad la fabricación desde un punto de vista comercial, no solo para empresas individuales, sino para el propio sector industrial que, a su vez, repercute de forma positiva tan ampliamente que tiene el potencial de afectar a las economías en su conjunto.

Lo que se conoce como “fabricación aumentada” es el área donde la tecnología está aportando una diferencia verdaderamente notable y tangible en términos de reducción de costes y tiempo para quienes la implementan en sus operaciones de producción.

Revolucionando los métodos de fabricación tradicionales

Esto hace referencia a la impresión 3D de las propias herramientas y utensilios, tales como plantillas, troqueles y otros dispositivos, que mantienen la calidad y la eficiencia de la producción al tiempo que se utilizan para fabricar otras piezas y productos. Estas herramientas, que se utilizan para colocar, sujetar, proteger y organizar los componentes y subconjuntos durante el proceso de fabricación, son prácticamente invisibles cuando la producción funciona sin problemas, pero su importancia resulta evidente cuando surgen problemas.

En consecuencia, a fin de evitar paradas en la producción o defectos en los productos, se deben diseñar, fabricar e implementar con rapidez nuevos troqueles y plantillas para mantener el flujo de trabajo. El inconveniente es que normalmente se fabrican de metal, madera o plástico en pequeñas cantidades mediante un proceso manual o semiautomático, por lo que cada herramienta tarda en diseñarse y fabricarse entre una y cuatro semanas. Además, en el caso de herramientas elaboradas o complicadas a veces se necesitan varios ciclos de diseño, prototipado y evaluación para conseguir el rendimiento necesario, es fácil ver que este tipo de fabricación resulta siempre costoso tanto desde el punto de vista monetario como en términos de plazos.

La buena noticia es que la impresión 3D está haciendo rápidos avances en este campo, ofreciendo a las empresas solución a un problema que de lo contrario multiplica los costes y los plazos de fabricación y ofrece un método rápido y preciso de fabricar tales elementos. Gracias al uso de la tecnología Fused Deposition Modelling (FDM), el proceso de fabricación tradicional se simplifica notablemente, de modo que la fabricación de herramientas resulta más barata y requiere menos tiempo.

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Ventajas inmediatas y reales para la industria

Las ventajas inmediatas y reales para los fabricantes son mejoras instantáneas en productividad, eficiencia y calidad. Algunas compañías están empezando a producir estos elementos de bajo riesgo y grandes ventajas, mientras que otras llevan haciéndolo desde hace una década. Estas empresas no están sustituyendo la maquinaria, están rediseñando todas las líneas de producto para hacer que el trabajo resulte más eficiente, preciso, rápido, sencillo y rentable.

En determinados casos, algunos de nuestros propios clientes han notificado reducciones de plazos de entre el 70 y el 95% y ahorros de costes del 40 al 90%. Un buen ejemplo es la empresa alemana Seuffer. Desde que incorporó la impresión 3D de Stratasys a su proceso de fabricación, este proveedor de piezas de electrodomésticos y vehículos comerciales ha reducido notablemente los plazos y los costes.

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Gracias a la impresión 3D, Seuffer puede diseñar los primeros bocetos de moldes de inyección en unos pocos días e imprimirlos en 3D en menos de 24 horas para evaluar la pieza. Tradicionalmente habrían hecho falta ocho semanas para fabricar la herramienta en metal utilizando el proceso CNC convencional, lo que supone una reducción de tiempo asombrosa. No sólo eso, la empresa habría tenido que pagar unos 40.000 euros por una herramienta convencional, frente a los menos de 1000 euros que cuesta la herramienta impresa en 3D; un tremendo ahorro del 97%.

Actualmente, los sectores de fabricación del mundo occidental siguen en la senda de la recuperación tras varios años de dificultades económicas. Las señales son buenas y hay una evidencia creciente de que las cosas están mejorando, pero la lucha del sector por recuperar la plena capacidad dependerá de las fortunas de empresas individuales.

En este sentido es acertado decir, sin que resulte una contradicción, que el impacto positivo que está teniendo la impresión 3D a diario en el mundo de la fabricación es, y seguirá siendo, trascendental.