asamblea ATEG
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Renovables e internacionalización de la construcción impulsan el sector del acero galvanizado

La Asociación Española del Galvanizado, ATEG, celebró en Avilés (Asturias) su asamblea anual anunciando buenas perspectivas para el presente ejercicio 2020 y habiendo producido un 15% más que el pasado año. El presidente de ATEG, Manuel López Caamaño, mostró su optimismo basado en las previsiones de actividad pronosticadas para las renovables y la creciente internacionalización del sector de la construcción, dos mercados claves que, sin duda, pueden impulsar al sector del galvanizado hacia un fuerte crecimiento en 2020.

En 2019, la producción de acero galvanizado creció en España un 15%, alcanzando las 650.000 toneladas. El sector cuenta con 43 plantas productoras y factura anualmente más de 200 millones de euros con un mantenimiento de 3.000 empleos directos.

El 40% de la producción española de galvanizado se destina al sector energético (eólica, solar, torres eléctricas…), y más del 25% a la construcción (edificación, infraestructuras, tuberías, canalizaciones, puentes,…). Otras aplicaciones habituales son el mobiliario urbano y los  elementos viales, en agricultura y ganadería, equipamientos industriales, transportes y elementos de sujeción para todo tipo de usos.

España es el 4º país en capacidad productiva y en producción de la zona Euro. En países como el nuestro existe aún un largo recorrido en galvanización: mientras que en Estados Unidos un 18% del acero es galvanizado, aquí apenas lo es el 5%, por lo que esta tecnología tiene un gran potencial.

ATEG integra 57 empresas asociadas, 17 dedicadas a la fabricación de galvanizado, representando casi el 70% de la producción española, además de ingenierías, proveedores, etc. La industria del acero galvanizado se compone de pequeñas y medianas empresas, de carácter familiar, que generan empleo estable y de calidad y riqueza y actividad económica en su entorno local. 

 

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Un material que protege el acero para toda la vida y sin impacto en el medioambiente

El galvanizado es un material clave en la Europa circular y climáticamente neutra. Aporta la máxima durabilidad al acero, logrando los más altos estándares de calidad, por lo que es clave en la economía circular. A diferencia de otros recubrimientos, el galvanizado es 100% reciclable y no genera impacto alguno en el medioambiente, por ello se configura como la opción preferente para la protección del acero en ambientes exteriores en sectores como la construcción y la energía.

 

La ventaja económica y medioambiental de galvanizar el acero

Las plantas de galvanizado son 100% sostenibles, no generan vertidos ya que reciclan el 100% del agua que consumen y son climáticamente eficientes al recuperar todo el calor generado. El galvanizado es 100% reciclable a diferencia de otros recubrimientos y no genera impactos en el medio ambiente.

La galvanización es un procedimiento para recubrir piezas terminadas de acero mediante su inmersión en un crisol de zinc fundido a 450ºC en el que se produce una reacción entre el zinc y el acero que tiene como resultado la formación de diferentes capas de aleaciones de zinc y hierro, quedando recubierto el material final por una capa externa de zinc puro. No existe otro material metálico más resistente y efectivo contra la corrosión como el acero galvanizado, incluso en condiciones extremas de abrasión o golpes. El zinc es uno de los elementos más vitales y esenciales de la naturaleza y es fundamental para la salud. 

Los costes de corrosión en España representan un 4% del PIB nacional, lo que implica una factura anual de más de 40.000 millones de euros. El galvanizado tiene un gran recorrido ya que solo está presente aún en un 5% del acero que se consume en nuestro país, frente a países como Estados Unidos donde este ratio oscila entre el 16 y el 18%.

La galvanización del acero supone una gran ventaja, ya que evita realizar costosas inversiones económicas para la conservación de infraestructuras que serían innecesarias con la técnica de la galvanización, que económicamente tan solo supone un 1% más de precio frente a un acero sin galvanizar. El acero estructural galvanizado dura toda la vida sin coste alguno de conservación y contribuye a la mejora de los índices de sostenibilidad del país. El acero galvanizado puede reciclarse infinitas veces sin perder sus propiedades y al protegerlo con la galvanización se convierte en un material que exige cero gastos de mantenimiento a lo largo de toda su vida útil.